La pandemia producida por el Covid-19 refuerza la necesidad que España y Europa se ponga las pilas y empiece a defender la ganadería y la agricultura con la PAC y recuperar la producción.
Estamos viviendo una nueva crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus. Esto nos pone frente a una situación que casi todos pensábamos imposible, similar a cuando se produce una guerra. Estamos hablando de escasez de productos básicos, como muchos habremos visto, el papel higiénico o comida se está agotando en los supermercados. Quizás esta situación nos haga replantear algunas cuestiones y sea el momento de actuar.
La globalización
Con el paso de los años y con el avance de las tecnologías en la aviación, nos hemos permitido acortar las distancias entre paises. Esta facilidad para movernos de un lugar a otro a miles de kilómetros han contribuido a la deslocalización. Muchísimas empresas han emigrado sus fábricas y sus producciones a otros países dónde los costes laborales son mucho menores, a coste del salario bajo de los trabajadores y protección social casi nula.
Pero no todo lo que reluce es oro. Esta facilidad de transportar mercancías y la movilidad de las personas nos ha traído un efecto secundario que con el Covid-19 se está viendo más que nunca. Este virus se ha propagado de una forma que nadie imaginaba. Con esta enfermedad estamos viendo como algunos productos han desaparecido de las estanterías de los supermercados, como las mascarillas y los respiradores de los hospitales.
En España acabamos de entrar en lo que el Gobierno nombra la fase de contención reforzada del Covid-19. Esto conlleva ciertas restricciones para los ciudadanos, con el fin de que la pandemia no sea contraída por mas personas. Hemos llegado a tal punto en que Estados Unidos no recibe europeos continentales y los alemanes impiden la exportación de algunos de sus productos. Cuando el gobierno ha anunciado restricciones severas de movilidad, ha empezado el acaparamiento de ciertos alimentos y productos manufacturados que consumimos diariamente o utilizamos por salud. Todo lo relacionado con la educación, cultura y el ocio ha pasado a un segundo plano. Otros sectores como los financieros y las telecomunicaciones se pueden manejar en remoto y no tienen problema alguno.
Lo que está sucediendo nos debería hacer reflexionar. Y es que no podemos permitir que China sea la fábrica del mundo y que en España hayamos abandonado ciertas producciones sólo por el argumento de la eficiencia.
España y su agricultura
El sector que ahora mismo más a punto de mira tenemos por su gran importancia es el de la alimentación. Y es en estos momentos cuando los españoles se dan cuenta del valor que tienen los campos españoles. Menos mal que seguimos teniendo este sector primario fuerte, aunque muy menospreciado. ¿Si las autoridades nos siguen aislando, de donde nos íbamos a alimentar?
Ahora que se está negociando el presupuesto de la Unión Europea, sería conveniente recordar que la política agraria común es esencial. Y que a más autosuficientes seamos, mucho mejor.
Seguramente es el momento de producir mejor calidad, aunque resulte más caro. Ya que algo más de inflación no sería un problema si a cambio esto nos trae más empleo y menos paro.
